Por una educación no sexista en las universidades nacionales
(Por Claudia Baigorria, secretaria de Formación CONADUH) Las Universidades Nacionales no sólo son un ámbito que no está exento de violencia de género, sino que son un lugar dentro de los niveles educativos donde consideramos que desde muchas aristas se ejerce la violencia y hay un marcado patriarcado, sobre la base del cual se sustentan las propias estructuras del poder instituido desde el siglo pasado.
En términos generales, ubicamos el origen de la violencia de género en un problema social, estructural, cultural, que tiene su origen en una sociedad patriarcal, androcéntrica y sexista que naturaliza la desigualdad en términos de asimetrías, de dominación, de imposición de unos sobre otros. Por lo tanto, se habla de violencia de género no como un problema individual, sino que hacemos referencia a las mujeres como grupo social (aunque no es el único), como grupo de subordinación, que se ha ido naturalizando y reproduciendo en los distintos ámbitos y a lo largo del tiempo. Se ejerce violencia física, simbólica, patrimonial, institucional, material, entre tantas formas.
En las UUNN la modalidad tiene que ver con el sexismo, con la discriminación sexista, con la violencia simbólica. Aunque también aparece el acoso sexual como otra forma de expresión de la violencia de género. También está asociada a las asimetrías en las relaciones de poder, que también están altamente ligadas al género ya que el sistema universitario se estructura en gran medida sobre la base de estas asimetrías. Es lógico entonces, que tampoco aparezcan las miradas de género en las planificaciones de las currículas de las diferentes carreras de manera transversal, y no tan sólo en algunas, como las Ciencias Sociales.
Desde nuestra Federación lo estamos abordando desde la necesidad de establecer espacios formativos y de debate de esta problemática. Consideramos que la docencia universitaria y preuniversitaria, y en particular los sindicatos, deben tener un papel relevante en este debate, ello sin dejar de considerar que las docentes padecemos estas violencias en nuestro ámbito de trabajo y fuera de él. Entendemos que la violencia sexista existe, aunque de ello se habla poco o no se habla en la cotidianeidad de la mayoría de las Universidades, y que es primordial que en la presente etapa se realice un enfoque de manera integral, que salga del mero diagnóstico, en el que en mayor o menor medida, todas y todos vamos a estar de acuerdo.
Tal vez, sea tiempo de que también en las casas de altos estudios se empiece a hablar de la sexualidad integral, por ejemplo con la extensión de lineamientos establecidos en la Ley 26150, que creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI). Del mismo modo que en muchas universidades se avanzó en la construcción de Protocolos para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia de Género, sobre la base de la Ley 26485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.
Extender los límites de la ESI a los claustros universitarios puede ser una alternativa válida que permitiría asegurar las condiciones de igualdad educativa sin discriminación de género, incorporar en sus enfoques y contenidos básicos la equidad de género, a modo de contribuir a generar relaciones más igualitarias, solidarias y de respeto entre los sexos. De allí la importancia de la formación docente, hoy garantizada para los niveles inicial, primario y secundario, no así para el nivel universitario. Así que creemos que la educación superior universitaria y preuniversitaria también deben ser ámbitos abarcados por una Ley de Educación Sexual Integral que pueda propender a una educación más igualitaria, no sexista y antipatriarcal.
Como CONADU HISTÓRICA, con la excusa de trabajar en los protocolos, nos hemos dado la tarea de profundizar en esta dirección. Ha sido muy productivo el primer Taller de Formación sobre Violencia de Género en las Universidades Nacionales que realizamos en agosto, donde hicimos una puesta en común con las Compañeras de las Asociaciones de Base, tratando de establecer un diagnóstico del estado de situación en el que se encuentran las Universidades. Y nos encontramos con que la mayoría no han empezado a trabajar en la temática. Como ya adelantamos, en algunas pocas, la existencia de un protocolo sirvió para que se separara de sus cargos a personajes denunciados de acoso contra alumnas o trabajadoras. Pero es mucho lo que falta. Por ello definimos como Federación profundizar el debate y la formación, así como la instrumentación de una campaña nacional contra la violencia de género y toda forma de discriminación sexista. Para nosotros es importantísimo generar una contra cultura y generar legislación a favor de la educación no sexista. En esto, el Protocolo nos da un marco muy favorable para debatir la problemática, para poder aprovechar la capacidad instalada de muchísimas colegas intelectuales que abordaron la temática desde la investigación, el academicismo. Muchas son activas militantes de colectivos feministas. Pero creemos que el sindicato como organización y representación de los trabajadores y trabajadoras debe abordar este problema y trabajarlo democráticamente.
Además, en el marco de la conmemoración – hoy, 25 de noviembre – del Día Internacional de lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, vamos hacia un segundo Taller de Formación el próximo 30 de noviembre, en la sede nacional. Contaremos en esta ocasión con la intervención de tres Compañeras profesoras universitarias que abordarán los siguientes ejes: 1) Violencias – Paz Escobar (Universidad Nacional de La Patagonia San Juan Bosco, sede Trelew); 2) Educación Sexual Integral – Alicia Naput (Universidad Nacional de Entre Ríos) y 3) Protocolos contra la Violencia de Género en las UUNN – Graciela Alonso (Universidad Nacional del Comahue). Creemos que va a ser una jornada muy fructífera, y por supuesto que hoy 25 de noviembre vamos a estar movilizándonos en las distintas provincias, acompañando todas las marchas en el marco de la Jornada Nacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres que definió nuestra Federación.