CONADU Histórica en el III Foro Mundial de Derechos Humanos: derechos laborales y gobernanza algorítmica

Con el panel “Derechos de trabajadoras/es ante la financiarización de la economía y la gobernanza algorítmica”, CONADU Histórica se hizo presente en el III Foro Mundial de Derechos Humanos –organizado por UNESCO- que se desarrolla desde este lunes. Como panelistas participaron Guillermo Munné (UNL/ADUL), Andrea Delfino (UNL/ADUL), y el secretario adjunto de la federación, Oscar Vallejos. La actividad estuvo coordinada por la secretaria general de CONADUH, Francisca Staiti, y por la secretaria de Derechos Humanos, Elena González.

El abogado y docente Guillermo Munné se refirió a que la lógica financiera que impera en este momento se hace posible por el ascenso del neoliberalismo en los gobiernos y, con ello, “una serie de ideas que habían parecido marginales en el ámbito de la academia pasan a ser las políticas predominantes para esta etapa de la restructuración capitalista, lo que supone la supresión de derechos y garantías sobre los derechos sociales de los trabajadores (coberturas obligatorias, salud, educación y etc)”. Y la otra condición es la posibilidad de la comunicación a larga distancia que permiten las nuevas tecnologías de acumulación de enorme cantidad de datos y procesamiento de datos. “Esto impacta a las y los trabajadores por dos lados: por las políticas regresivas antes mencionadas con la pérdida de derechos sociales que se da con mucha más fuerza en el Sur Global; y también por estas formas de gestión que entre otras cosas aplica las nuevas tecnologías al control autoritario de lxs trabajadorxs fijando una condición individualizada de cumplimiento de objetivos pre establecidos y la valorización de su trabajo a partir del cumplimiento de esos objetivos, seguidos algorítmicamente”.

En este marco, la investigadora de la UNL, Andrea Delfino hizo hincapié en lo que hoy se denomina “capitalismo de plataforma” y la forma que toma en los contextos nacionales y regionales. “Es importante hacer eje en, por un lado, los procesos de endogenización de las empresas de plataforma lo que implica que, mas allá que se trate de empresas globales que operan más o menos con el mismo sistema en todo el mundo, tienen características particulares que se dan mediadas por las regulaciones laborales y por los procesos de informalización del mercado laboral (lo que tiene gran impacto en América Latina)”.  Aquí aparece como central el procesos de “control algorítmico” en el que son los propios trabajadores a través de sus dispositivos electrónicos –los teléfonos por ejemplo si pensamos en los trabajadores de reparto- quienes brindan la información a las empresas, éstas las procesan mediante procesos de big data y, de alguna manera, esa información actúa controlando y organizando el propio procesos de trabajo. “Asimismo, se trata de un trabajo totalmente masculinizado mediado por otros procesos, sobre todo aquellos vinculados a la seguridad pública y urbana. Por otra parte, esto se da en un marco de relación capital-trabajo no tradicional en el que operan otros agentes como los clientes –cuando hacemos un pedido y puntuamos al repartidor- porque esa puntuación actúa influyendo en el algoritmo que va a manejar y controlar el trabajo; o las empresas gastronómicas que ofrecen el servicio y que incluyen en la relación capital trabajo a través de las comisiones que pagan a la empresas de plataforma”.  Finalmente, Delfino refirió a que estas transformaciones están proponiendo un nuevo “etos” del sujeto trabajador convertido en un microempresario, en autogerenciadores “uberizados”, lo que significa que tienen un muy pequeño margen de autonomía en un contexto de un fuertísimo control.

Finalmente Oscar Vallejos hizo mención a que hay una base de infraestructura de estos procesos de transformación que son las tecnologías y, con ello, el desarrollo de una forma típica que es la informática.  “Allí empezó a operar un ideología de las tecnologías vinculadas a lo que se llama el determinismo tecnológico”, que entiende que estas tecnologías son “el principal motor de cambio social y que no pueden ser gobernadas; este determinismo deja a los actores sociales en condiciones de pasividad total”. Pero en los últimos años hubo una revitalización del ludismo –el viejo movimiento conocido como “rompedores de máquinas”- que hoy se da a través de las experiencias del software libre, hardware libre y redes libres. “Se trata de un movimiento de una vitalidad profunda porque permite actuar sobre el núcleo duro de estos cambios dados por el capitalismo en los últimos años  que es la informática. Esto es importante para quienes hacemos activismos, somos sindicalistas o estamos preocupados por el tipo de políticas públicas que se puedan hacer no solo para regular, sino también para impulsar procesos sociales que tiendan revertir esas condiciones generadas por los capitalistas a través de las tecnologías”.

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