30 de AGOSTO: DÍA INTERNACIONAL DE LAS VÍCTIMAS DE DESAPARICIONES FORZADAS ¡NUNCA MÁS!

Desde el año 2011, la ONU conmemora cada 30 de agosto el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

La Desaparición Forzada constituye una acto de terrorismo de Estado, ya que infunde el miedo en toda la sociedad, al tiempo que priva a la víctima de todos los derechos humanos. Es vital en todo el mundo recordar a las víctimas de este crimen atroz, y especialmente en nuestro país.

La última Dictadura en nuestro país fue responsable de la desaparición de 30.000 compañeras y compañeros, militantes, activistas, personas comprometidas con el país, con sus vecinos, con los derechos de las mayorías, con la construcción de un país más justo. El genocida Videla explicitó la brutalidad dictatorial diciendo que el desaparecido “no tiene entidad no está ni muerto ni vivo”; así negaba todos sus derechos, amenazaba a la población y exhibía la impunidad de la violencia.

La democracia fue recuperada en 1983, pero lamentablemente han ocurrido otros casos desde entonces. Y el actual es un mes que nos convoca a la memoria reciente, porque el 1 de agosto de 2017 desapareció Santiago Maldonado, luego de la represión contra la Pu Lof mapuche a la que el joven solidario acompañaba; y el 20 de agosto del año pasado encontraron los restos de Facundo Astudillo Castro, desaparecido más de 2 meses antes luego de haber sido detenido por policías bonaerenses.

Ambos casos revelan crudamente la persistencia de esas prácticas, aunque no exhiban el carácter masivo y sistemático que tenían en la Dictadura. La desaparición de Santiago contó con la protección activa de las mayores autoridades gubernamentales, con las campañas de desinformación de la prensa masiva, y con funcionarios judiciales que pusieron en la mira a la víctima y a sus familiares antes que en los responsables de la desaparición. En el caso de Astudillo Castro, volvieron a verse maniobras similares para entorpecer las investigaciones.

No son los únicos casos ocurridos desde 1983; entre ellas, la desaparición de Jorge Julio López -testigo en un juicio por delitos de lesa humanidad- en 2006 puso de manifiesto que estructuras represivas y criminales continuaron funcionando luego del fin de la dictadura, manteniendo una importante capacidad operativa.

La definición de Desaparición Forzada adoptada por las Naciones Unidas enfatiza el rol del Estado como autor o protector de quienes privan de la libertad a las personas, al tiempo que “se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas” “sustrayéndolas así a la protección de la ley”.

Las universidades públicas argentinas fueron particularmente agredidas por la Dictadura. Miles de docentes, no docentes y estudiantes fueron víctimas de desaparición forzada, sea por su militancia política, por su actividad gremial o por sus ideas.

Por eso hoy lxs recordamos y los homenajeamos de la mejor forma posible: continuando la lucha por el país que soñaron.

 

  • Luis Tiscornia, Secretario General
  • Claudia Baigorria, Secretaria Adjunta
  • Jorge Ramírez, Secretario de Derechos Humanos

 

CONADU Histórica – CTA Autónoma